Con respecto a las lluvias e inundación en La Plata del 02/04/13,
puedo decir que se corresponden con informaciones del IPCC (Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático, de las Naciones Unidas) en el
sentido que el proceso de Cambio Climático conduce, entre otros fenómenos, a
inundaciones y sequías cada vez más extremas, tal lo sucedido en La Plata, de
magnitud récord no conocida antes.
En mi informe, página CC-V-18/22, me refiero a la topografía
de la ciudad, cuyos desniveles naturales decrecen en forma muy irregular, de sudeste
a noroeste, desde 20 msnm (metros sobre
el nivel del mar) a 5 msnm. Así, en términos sólo ilustrativos, la parte más
alta del cuadrado fundacional de la ciudad corresponde a un entorno de la calle
67 entre 2 y 19 y la más baja en el entorno de calle 32 entre 3 y 22. De calle
32 hacia el norte, Ringuelet y Tolosa tienen zonas por debajo de 5 msnm (situaciones similares
en Gonnet, City Bell y Villa Elisa en correspondencia con los arroyos que las
atraviesan).
Las variaciones de nivel metro a metro son también muy
irregulares, es decir, dos calles cercanas pueden tener flujos de agua y daños
consiguientes diferentes. Esta topografía, responsable de la circulación de las
aguas de inundación, está perfectamente identificada por la cartografía
desarrollada por el Instituto Geográfico Militar en el curso del siglo pasado
y, naturalmente, a disposición de todos los organismos de gobierno, de
educación y de ejercicio profesional. Significa que los grados de afectación
por la inundación de las zonas de la ciudad no son técnicamente ninguna
sorpresa. Significa que se trata de una desidia política, de inacción ante
amenazas climatológicas conocidas y acentuadas por el Cambio Climático. Y son
políticas porque contrarrestar inundaciones requiere grandes obras, de elevado
costo y años de ejecución, que sólo los estados municipales, provinciales y
nacionales, en sus respectivos ámbitos, están en condiciones de encarar
progresivamente.
Así, el motivo principal de esta redacción es advertir a la
población de algo elemental, que debería decirlo el gobierno de la ciudad: que
aún si se iniciaran ya las obras de prevención y defensa hidráulicas de la
ciudad (de alcances progresivos, para volúmenes tan grandes de agua que
sobrepasan en demasía las condiciones naturales de escurrimiento en toda la
ciudad, arroyos inclusive) pasarían de tres a cinco años para comenzar a tener
resultados. Tanto peor si se continúa
sin hacer nada, excepto discusiones y discursos.
Además de las tareas de mantenimiento y limpieza de todos
los cursos de agua, bocas de tormenta inclusive, correspondería de inmediato que
la Municipalidad diseñe estrategias y recursos específicos de información,
alertas, y asistencias a la población, de evacuación inclusive, para que la
ciudad enfrente el siniestro en la forma más organizada posible, sometiéndolo a
consenso y dándolo a conocer lo antes posible.
Vale decir, con inacciones gubernamentales mediante, lo que cada ciudadano platense ha sufrido en
esta grave inundación habrá de repetirse cuando la naturaleza vuelva a
comportarse de manera similar, con la dificultad – estimo- de no ser posible
asignarle una periodicidad en meses o años.
En consecuencia, los ciudadanos que ahora conocen sus
perjuicios deben prepararse y prevenirse contra su repetición, por sí mismos y
en la medida de lo posible. Tal es el dato de la realidad.
Es muy grande la vulnerabilidad individual. Además de
predisponer una emergencia de alimentos, ropa y botiquín, puede prepararse, por
ejemplo: recomponer y reforzar los techos y ventanas, ensayar compuertas de
madera endosables a las puertas exteriores (si sólo consiguen retardar el
ingreso de agua, es útil y mejor que nada), prever otra ubicación o movilidad a
los elementos más sensibles de la planta baja (heladera, electrónicos, ropa), guardar
el auto puertas adentro. Cuando se inicia la inundación en la casa, desconectar
la llave general de la luz; en pleno siniestro recordar que el agua puede alcanzar
más de un máximo, antes de comenzar a decrecer. Tener presente que los medios
de comunicación habituales pueden fallar o faltar.
Mantenerse desde
ahora en comunicación solidaria con los vecinos del edificio, con los vecinos
de la cuadra. Participar en organizaciones barriales y zonales de ayuda, de su
entorno. El objetivo permanente debe ser la prevención y los recursos
solidarios a poner en juego.
Muchos saludos.
29/04/13
ainda@netverk.com.ar
Ing. Jorge B. Hoyos Ty.
ainda@netverk.com.ar
Ing. Jorge B. Hoyos Ty.
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